viernes, 20 de julio de 2012

Historia del Barrio Lastarria

Nuestro Barrio Lastarria, donde se inserta la Junta de vecinos N°1 Parque Forestal, surgió como muchos barrios de la comuna de Santiago, a partir de una iglesia. En este caso, la iglesia de la Veracruz. Se construyeron casonas entre calles serpenteantes donde se destaca la casona de la Plaza Mulato Gil de Castro. Ésta fue construida a principios del siglo XIX. A pesar de la antigüedad del barrio, la plaza sólo nace hace unas décadas atrás por el interés de preservar una serie de fachadas, partiendo por la histórica casa del mulato Gil de Castro.

En los años 90 el barrio empieza a ser remodelado sin alterar su vida bohemia e intelectual, y a fines de esa década llegan una serie de cafés, bares y centros culturales a intensificar las actividades del sector. Desde esa fecha, como barrio histórico y zona típica, ha logrado conciliar desarrollo con su sello característico. Las estaciones de metro Universidad Católica , Bellas Artes y Baquedano son un acceso directo al Barrio.
Por la gran oferta cultural del sector, no es difícil encontrar actividades interconectadas (festivales, circuitos, performances) a través de las calles del barrio; sobre todo en la calle J.V.Lastarria y el Parque Forestal.

Este pequeño oasis urbano, denominado “Barrio Santa Lucía - Mulato Gil de Castro - Parque Forestal” por el Plano Regulador de la I. Municipalidad de Santiago, reconocido por el conciente colectivo como Barrio Lastarria y Barrio Bellas Artes, tiene su desarrollo urbano a mediados del siglo XIX, con la construcción de la Parroquia de la Vera Cruz, terminada en el año 1857 y algunas familias asentadas alrededor.
APero, entre 1872 y 1910, con los trabajos de remodelación del cerro Santa Lucía, la creación del Parque Forestal y la construcción del Palacio Nacional de Bellas Artes, el barrio se consolida como tal, y llegan a vivir en él personajes importantes de nuestra historia, como doña Victoria Subercaseaux, prima y esposa del que fuera intendente de Santiago Benjamín Vicuña Mackenna; Pedro Aguirre Cerda , presidente de Chile entre los años 1938 y 1941, y el escritor y pensador liberal don José Victorino Lastarria. También vivieron en este lugar intelectuales y artistas reconocidos de nuestro país, como el arquitecto y pintor Nemesio Antúnez , el pintor Camilo Mori , el novelista Luis Orrego Luco, entre otros.

Durante la primera mitad del siglo XX se construyeron edificios y casas de interesantes características morfológicas, proyectadas por renombrados arquitectos de la época como Duhart, Bolton, Larraín Bravo, Prieto Casanova, Ernesto Ried, Luciano Kulczewski, entre otros.. De éste último, se encuentra la que fuera su casa y taller – en calle Estados Unidos – , construida en piedra, hoy declarada Inmueble de Conservación Histórica.

A fines del siglo XX, comienza a renovarse el entorno; se restauran fachadas y se recuperan viejas edificaciones, como fue el caso de la Parroquia de la Vera Cruz, declarada monumento histórico, cuya restauración se realizó entre los años 2001 y 2002.

Aumenta la luminosidad del sector, se repavimentan y ensanchan algunas veredas, se crea el paseo peatonal de la calle Lastarria, desde Rosal hasta Merced, en donde hoy, una Feria de Antigüedades y Libros se instala los días jueves, viernes y sábados, a eso de las 10 de la mañana.

La I. Municipalidad de Santiago en estos últimos meses ha invertido en el espacio público de este sector, iluminando el Cerro Santa Lucía, la Iglesia La Merced, ensanchando veredas y abriendo paso a los peatones en calle Monjitas y Esmeralda.

Un conjunto de cafés, restaurantes, bares, librerías, tiendas de diseño, galerías de arte y centros culturales, surgen en las calles visibles y recónditas de este barrio, incrementando la actividad del lugar, ya instaurada en décadas anteriores por el antiguo teatro Ictus, el destacado Cinearte El Biógrafo y el pintoresco restaurant francés Les Assassins, entre otros.

El sector ha sido declarado Zona Típica (ZT) en 1997, gracias a su fascinante arquitectura, además de los monumentos históricos que le otorgan este valor al entorno: el Palacio de Bellas Artes, el Palacio Bruna, la Posada del Corregidor, la Iglesia de la Vera Cruz, entre otros.

En resumen, monumentos históricos, arquitectura patrimonial, algunas calles que aún conservan sus adoquines originales, las actividades conjuntas que ahí se realizan, y hoy, la acorde oferta gastronómica existente, además del interés de diseñadores y artistas por insertar sus vitrinas en este sector, hacen que el Barrio , pese a sus esbozos de modernidad, mantenga sus características urbanas de antaño y por sobre todo, que en él se respire esa tradición que lo hace particular, como una pequeña tribu, dentro de esta gran ciudad.